jueves, 7 de marzo de 2019

La historia de la lengua

Si no hubo mucho interés por conocer y describir el idioma de los gitanos, sí que hubo esfuerzos por aniquilarlo. Y es que el desprecio a la lengua gitana no era consecuencia de una falta de atención; más bien al contrario, se conocía su uso, que se detestaba, lo que seguramente derivaba también del desprecio a la naturaleza y valor de ese idioma. Todas las autoridades de la época buscaron erradicar ese idioma que parecía central al “odioso particularismo” que representaban los gitanos (Leblon 1985, Gómez Alfaro 1993) e instrumento crucial de su capacidad para llevar una vida en cierto modo independiente, diferente y resistente.
Entre la primera pragmática de los Reyes Católicos en 1499 y, sobre todo, desde la segunda que promulga su nieto Carlos en 1539, donde se abre para ellos la pena de galeras, y hasta al menos 1783, cuando estas grandes leyes dejan de repetirse de forma recurrente, se mantiene e incluso se acrecienta el esfuerzo por terminar con el uso de la lengua gitana. Desde este momento, la lengua gitana comienza a decaer en uso y conocimiento sistemáticamente por toda la península, hasta llegar a la situación en la que se encuentra en el presente cercana a la desaparición. No desaparece del todo, pero tampoco está vivo; su conocimiento es hoy escaso y limitado a unas docenas de palabras y unas cuantas estructuras básicas. Ahora no es ya un lenguaje mixto o pararromaní, sino una forma de expresión que incorpora un fuerte sentido identitario. Ya no suele usarse para expresar algo diferente; en su propio uso está la diferencia. Lo más importante que se expresa en caló es la diferencia cultural, étnica si se quiere, de un grupo que sigue reconociéndose distinto sin que le sea fácil precisar los fundamentos de esa diferencia, que suelen ser más vividos que razonados, más existenciales que sistemáticos, más implícitos en la acción que explícitos en los discursos, normas y concepciones que, además, se están replanteando radicalmente en las últimas décadas.
Lo que queda del caló, por lo tanto, es un resto lingüístico que funciona como sublenguaje o parte de un habla gitana que tampoco es un dialecto único: los gitanos hablan habitualmente el dialecto castellano (o catalán, gallego o vascuence) de la región donde viven; esto es, el mismo que hablan sus vecinos inmediatos. En el uso de las hablas locales, no obstante, muchos grupos gitanos pueden haber conservado o desarrollado algunos elementos propios, por ejemplo, una cierta entonación (que se exagera a menudo en la burla), así como expresiones que ya se usan menos entre la mayoría aunque sí que pueden trazarse a un castellano pretérito, pues también en esto gitanos y gitanas suelen ser más “conservadores”. Algunos de estos elementos, sean términos o giros, se comparten de forma variable por grupos gitanos de toda España e incluso de toda la península, y corresponden a peculiaridades de su vida social y de su cultura. El término de ajuntaora, por ejemplo, para designar a la mujer experta que practica el ritual central de la boda gitana, es un término que hemos escuchado entre ciganos en varias zonas de Portugal.
La diglosia de las comunidades gitanas se ha reducido hasta casi desaparecer. Apenas se habla “gitano”, salvo en breves momentos e, incluso entonces, con unas pocas frases entreveradas de castellano. Ya no es un idioma familiar, doméstico, ni tampoco un recurso de la comunidad gitana en sus intercambios; es un recurso expresivo que puede añadir un sentido de pertenencia y comunidad a la interacción entre gitanos y gitanas. Pero no es mucho lo que se comunica en caló, por lo que su valor instrumental es bajo, salvo en lo que respecta a usos eufemísticos y crípticos. Por el contrario, su valor expresivo es muy alto.

Al no ser reconocida como lengua minoritaria como se ha estado previamente, las ayudas y acciones a nivel estatal y europeo para preservarla y evitar su extinción son inexistentes cuanto menos, por lo que cualquier esfuerzo para evitar esto son llevados por parte de instituciones no subvencionadas y particulares, lo que limita bastante el éxito de estos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario